miércoles, noviembre 15, 2006

Suerte y Fortuna

Detengo este ritmo apresurado que he llevado estos últimos días y me doy el tiempo de escribir un poco. La verdad es que tenía miles de temas en mente los cuales mas adelante desarrollaré, pero el día de hoy quisiera dedicar un par de líneas a una persona en especial. Se que no suelo escribir directamente con nombres y apellidos mis posts, pero esta vez esta persona se lo merece y espero que en algún momento se de el tiempo de pasar por aquí (como se que a veces lo hace) y lea un poco de todo lo que quisiera expresar.

Nos conocimos hace varios años, cuando la vida nos presenta más incertidumbres que certezas. Al poco andar supe que seríamos grandes amigos. Tienes ese ángel que solo las personas puras de corazón tienen, hablar contigo me produce mucha tranquilidad. Muchas veces te dije que de todos nosotros, tú eras el que más se parecía a mi y que si alguna vez me sentía medio perdido por ahí, solo me bastaría hablar contigo para saber que hacer. Lamentablemente en momentos que tal vez necesite de tus consejos, fui tan orgulloso como para no llamarte; se que tus palabras de apoyo hubieran estado conmigo.
Son tantas cosas que hemos pasado juntos, hemos compartido penas y alegrías, victorias y derrotas. Es una pena que ya no seamos tantos como alguna vez fuimos, que no hayamos logrado seguir tan unidos como lo éramos antes, solo quedamos unos pocos que con mucho esfuerzo logramos aunar horarios y tiempos libres. No importa amigo, por lo menos aún podemos contar con nosotros.

Parece que fue ayer cuando con la cara llena de esa felicidad que suele caracterizarte nos dijiste que estabas enamorado, que encontraste a la mujer que te complementaba y que eras la persona más feliz del mundo. Te aseguro que todos en ese momento nos alegramos contigo y te deseamos la mejor de las suertes.
Hemos sido testigos de tus procesos y de la hermosa relación que has construido junto a tu pareja, no exenta de sobresaltos ni problemas, pero que frente a dos personas que se aman como ustedes lo hacen, suelen ser cosas mínimas.

Hoy, cuando una vez más hemos tenido la suerte de que compartas tu inmensa alegría con nosotros al darnos la noticia de tu matrimonio que sella la promesa de amor que juntos se han hecho, vienen a mi mente los recuerdos de todas esas etapas que vamos dejando atrás, pero que no se olvidan. De cómo fuimos creciendo juntos y pasamos de la adolescencia a la madurez, enfrentando desafíos nuevos y convirtiendo en certezas esas dudas iniciales, hasta que cada uno ha ido tomando sus propias rutas y que nos han llevando a escribir nuestras propias historias, unas mas lejanas que las otras, pero siempre contando con nuestra amistad.
Francisco, solo me queda desearte la más grande felicidad que pueda haber en este planeta, decir que me siento orgulloso de ver en la persona que te has convertido y agradecer por ese cariño y amistad que siempre has demostrado por mi y todos los demás.

Mucha suerte y felicidades eternas.