lunes, enero 28, 2008

Aquellos Veranos

Dicen que recordar es volver a vivir y como soy uno de esos tontos que le encanta andar acordándose de cosas, con todo esto de las vacaciones y de los miles de lugares que el mercado nos ofrece para descansar, me puse a pensar en aquellas vacaciones de antaño en los lugares que disfrute y todas aquellas anécdotas y aventuras que vale la pena rememorar.

Para comenzar es bueno dejar en claro que por una cuestión de edad, antes mis vacaciones nunca fueron sinónimo de descanso; al contrario las vacaciones significaban la excusa perfecta para hacer una infinidad de cosas que el desarrollo del año no te permitía; sin embargo ahora cuando ya estamos más adultos (por no decir otra cosa) las vacaciones ojalá signifiquen un tiempo de descanso, pero descanso verdadero, es decir: levantarse tarde, regalonear con la pareja en la casita o en la playa no hacer ningún tipo de esfuerzo que te signifique un desgaste intelectual, caminatas interminables, etc.

Tuve la suerte de ser desde bien pequeño, bastante independiente para mis cosas, lo que de alguna u otra forma me significó que mis viejos fueran flexibles a la hora de solicitar el respectivo permiso para mandarme a cambiar de vacaciones con algún amigo y su familia o simplemente solos. Por otra parte tenemos que a eso de los 15 años en adelante, las vacaciones con tus viejos ya no resultan atractivas y aquellos bingos playeros o los típicos juegos del litoral central se transforman en lugares de reunión más que en sectores de diversión.

Mis mejores veranos los pase agarrando mi mochila y enfilando casi siempre hacia el norte, de preferencia la cuarta región, para encontrarme con amigos o con mis primos que vivían en Tongoy, balneario chiquitito pero entretenido si lo que busca es conocer gente piola y que le guste la fiesta sin tanta parafernalia. Quien no tuvo acaso aquellas fogatas en la arena en donde te encontrabas con todo tipo de gente, y no me refiero a pokemones, emos, visual y esas cosas, sino que a personas con distintos mundos y estratos sociales, pero con una sola finalidad, pasarlo bien sin escándalo y a la luz de una fogata, un buen copete y una entretenida conversación.
Para que decir que fueron esas fogatas veraniegas las que hicieron que me interesara en tocar la guitarra, ya que luego de hacer un focus group y estudiar el comportamiento de todos los integrantes de estas reuniones, llegué a la conclusión que el guitarrista de fogata siempre tiene una ventaja sobre los demás en cuanto a conquistas femeninas se trata. La verdad es que me considero un estudioso del comportamiento humano, por lo que he podido identificar a varios personajes de la fauna chilena, pero ese es materia de un próximo post.

Como olvidar aquellos primeros amores de verano con aquella niña que conociste en la playa o en el campo y que sabias que ese romance tenia como fecha de término el final de las vacaciones por lo que el proceso de enamoramiento era mucho más rápido de lo normal y te pasabas el día entero pensando ella y en lo que harías hasta el fin de las vacaciones. Generalmente son las mujeres las que más se acuerdan de aquellos amores con lujo de detalles, yo por mi parte debo decir que aun recuerdo un par de esos amores y de esas aventurillas no relatables por este blog.

En aquellas vacaciones donde solo te preocupabas de tener la plata para ir y volver y mantenerte con lo mínimo para comer (o de lo contrario trabajar un par de días en donde fuera para hacer la plata para el pasaje de vuelta), lo demás se destinaba a diversión. Aquellas vacaciones donde uno aperraba como fuera, no importaba dormir en la playa o no almorzar o comer a ciertas horas, y por que no decirlo, no bañarse. Aquellas vacaciones donde no te interesaba pensar en lo que venía después del termino de los días de descanso, sino que lo importante era divertirse como fuera.

La contrapartida actual de todo esto ahora es que las cosas cambian bastante, ya que no me imagino yéndome de vacaciones con la plata justa, o durmiendo en la playa (a menos que este bajo la influencia del alcohol) y menos no bañarme por lo menos una vez al día. Soy un convencido de que uno va quemando etapas y que tiene que tener presente que son cosas que ya pasaron, pero por lo menos tengo la satisfacción de que cuando pude, aproveche mis vacaciones a concho.

Por eso ahora que no tengo vacaciones y me quedaré en esta sucia ciudad durante estos dos meses estivales, el recordar me hace sentir aun ese olorcito a fogata y los recuerdos me traen al presente aquellos buenos momentos

miércoles, enero 16, 2008

Volver al Futuro

Una vez mas han pasado muchos días sin escribir, pero esta vez no es que no tenga tiempo ni que no tuviera nada que decir; es más, durante estos días han pasado una cantidad inimaginable de temas por mi cabeza para compartir, pero lamentablemente sucedió algo terrible para nuestros tiempos. Se me hecho a perder el computador.

Es por esto que me puse a pensar sobre lo esclavos que nos hacemos de la tecnología y de cómo todos estos avances nos simplifica la existencia y a la vez la complican demasiado. Como muestra tenemos ese maldito aparatito llamado celular; hoy en día viene en todos los colores diseños y aromas con funciones inimaginables que van desde la mas básica (hablar por supuesto) hasta conectarte con Chile y el mundo para bajar textos y archivos, escuchar música ver películas encender el auto, dar electroshock, etc. Sin embargo no han nada más esclavizante que un teléfono móvil (forma más estilosa de decir celular) el hecho de que cualquier persona que tenga tu dichoso número pueda ubicarte donde sea que estés y que no puedas escapar ya que el hecho de salir sin celular se toma hoy en día casi como un pecado capital, es decir eres el estúpido más grande del mundo o lisa y llanamente te estas escondiendo y no contestas el teléfono. Lo malo es que nosotros mismos nos colocamos esta cadena al cuello y nos cagamos de onda si por alguna de esas cosas se nos descargó el aparatito (será el temor de sentirnos aislados del mundo?).

Por otro lado tenemos los computadores y toda la tecnología asociada a ellos. Donde quedaron los tiempos de mi querido 800 XL con su disquetera para cargar juegos que nos entretuvieron tardes enteras o aquella tortuguita que nos enseñaba a dibujar. Eran tiempos donde la tecnología nos hacia felices. Pero que tenemos ahora, personas que pasan la mitad del día frente a computadores creando una dependencia tal que ya existen enfermedades relacionadas con la abstinencia. Si no sabes usar word, excel, powerpoint eres una persona totalmente obsoleta. Para que decir si no cachay como meterte a internet o a chatear por Messenger, eres un maldito cabernicola. Donde quedaron los tiempos en que te mandaban a hacer tareas y realmente usabas el cerebro y te sacabas la mierda buscando en la revista apuntes o el icarito o consiguiendote por todos lados información. Los niños de ahora en 5 minutos tienen listas las tareas y les sobra toda la tarde para jugar a ser pokemones, emos y todas esas hueas raras que existen hoy. Donde estan los tiempos donde debias trabajar en el verano, juntar plata para poder comprarte ese casette de tu banda preferida o te rebuscabas como encontrar ese casette que nadie tenia para poder grabarlo y mostrarselo a los demas. Los chicos de hoy en 2 segundos bajan la música que se les ocurre y lo guardan en sus mp3 super extra delgados que casi no se sienten en los bolsillos, que porsupuesto son la contrapartida de nuestraos walkman que no sabias donde dejarlo para que no molestara.

Quizas sea por todo esto que los cabros chicos de hoy son asi, tan desapegados a las cosas, nada cuesta mucho conseguir el dia de hoy; está todo tan a la mano que se han olvidado del esfuerzo que significan muchas cosas, se está perdiendo la capacidad de asombrarse con las cosas más simples.
Diganme anticuado, pero yo y la tecnologia que simplifica la vida del hombre y que a su vez la está haciendo más miserable, no comulgamos