Me estoy poniendo viejo, lo más terrible es que estoy conciente de que soy joven, pero cada día me doy cuenta de que mi cerebro avanza con una rapidez preocupante hacia la vejez. Me refiero a que a estas alturas del partido he adoptado costumbre de persona mayor, ya no tengo ese ímpetu o ese espíritu aventurero que te dan los años de juventud. Lo peor de todo que yo soy de aquellos convencidos de que la edad se lleva en el corazón y en el alma, por lo tanto he concluido que si me he avejentado es de hueón que soy nomás.
Se que uno va madurando y que la vida y las responsabilidades van templando tu carácter y condicionan hasta cierto punto tu comportamiento social, sin embargo creo que a mi se me paso la mano. Con nostalgia veo esos días en que todo era mucho más simple y que no había cosa que me obligara a estar quieto por mucho tiempo, todos los fines de semana eran una cosa nueva y si no había nada que hacer, bastaba unos minutos para que se te ocurriera algo y al final el fin de semana se te hacia corto para todo lo que se hueviada. Sin embargo ahora el fin de semana significa dormir o ir a la casa de la polola a que te regaloneen un rato; los amigos se han casado o han llegado a algo muy parecido y su idea de carrete mas reventado es un asado en la seguridad de sus hogares.
Donde quedaron los días en que bastaba una llamada para juntarse en la casa de algunos para tomarse un copetito para hacer la previa y luego enfilar donde quiera que fuera que se nos ocurriera y sabiendo donde se empezaba, pero no donde terminaba todo.
Lo pero es que no sería nada que este tipo de carretes ya no existiera, lo malo es que con tanto tiempo de receso ya se me están hasta quitando las ganas de salir. Estoy como en un periodo de transición, ya que a pesar de que añoro aquellos días, me esta entrando la lata de salir hasta tan tarde y volver intoxicado al hogar. Por otra parte no le acabo de tomar el gusto a la diversión derivada del asado casero, la película en el sillón o el picoteo en casas de amigos. No quisiera que se malentendiera esta pseudo queja contra la vida y mi persona; cuando estoy con mi pareja lo paso muy bien ya que por algo estoy con ella, pero solo es que siento que aun estamos muy jóvenes como para que tengamos que reducir nuestra vida social y de diversión a las alternativas que estoy mencionando.
Pasando a otro tema, e influenciado por este ataque repentino de vejez que me ha venido, quisiera referirme a esta nueva campaña que ha aparecido en televisión que solicita que vuelvan los lentos. Hace tiempo que no veía en televisión más acertada que esta que hace un llamado a los DJ´s a que vuelvan a poner aquellas canciones que tantas satisfacciones nos dieron a mi y mis amigos. Es que no se puede pasar por encima de una institución tan importante como lo son los lentos así como así; fueron estas canciones las que nos permitieron unir tantas parejas y un buen lento podía hacer la diferencia entre un buen carrete o un mal carrete.
Se que muchos de ustedes estarán de acuerdo en que los niñitos esperábamos que el dueño de casa o quien estuviera a cargo de la música se apiadara de los comensales y lanzara aquellos últimos temas en los cuales uno se jugaba el pellejo bailando con la niña elegida y en donde ponías toda la carne a la parrilla para poder robarle un beso. Solamente los más decididos y valientes enfrentaban el lento y se apretaban contra el cuerpo de la pareja para poder hablarle muy pegado al oído y soltar la batería de frases estudiadas hasta el más mínimo detalle a fin de que ella reaccionara y te permitiera besarla.
Como olvidar aquellas canciones que creaban la atmósfera suficiente como para que ella se sintiera como la mujer mas querida del mundo, casi como en un video clip y tratando de ser tu aquel protagonista de su fantasía momentánea. Clásicos como Carrie de Europe, Open Arms de Journey, When I see your smile de Bad English, Can’t fight this feeling de REO Speedwagon y tantas otras, podían hacer la diferencia entre perdedores y triunfadores. Porque para que estamos con cosas, en ese tiempo uno iba a los carretes para poder atinarse una minita y por supuesto si no se lograba este objetivo era un carrete perdido y no te quedaba otra que unirte a los demás perdedores e intoxicarte con alcohol pateando la perra por tu mala suerte y odiando un poco a aquellos que usando tus mismas armas o a veces trucos mas sucios, conseguían el objetivo.
No importaba si te sabias o no la letra en ingles (aunque si la sabias y se la traducías a la fémina con cara de enamorado, tenías la mitad de la pega hecha) el lento era siempre nuestro aliado. Sin embargo en tiempos como este ya no importa nada de eso, hasta el cabro chico mas cortado, se pega su ponceo con cualquier niña que aparece por delante, no importa si le gusta o no, la cuestión es sumar. Le han perdido el sentido a la cacería al juego de la seducción que significaba el lento, así para mi ya no tiene gracia.
Me estoy poniendo viejo…….