domingo, enero 28, 2007

Recomenzando

Después de no escribir hace un mes más o menos, hago un alto en toda esta vorágine que ha significado este trabajo del que ya había escrito el post anterior, para actualizar un poco esta bitácora y expresar todo este cúmulo de sensaciones que me ha traído el último tiempo.
Lo primero por supuesto es que después de mucho tiempo he vuelto al lugar del que una vez me enamoré y al que supe iba a estar ligada para siempre mi vida. He vuelto al puerto de Valparaíso con sus cerros y su gente, con sus calles angostas y su desorden, a sus colores y aromas; he vuelto a ese mar que tanto extrañé durante mucho tiempo.

Lo segundo es que todo hasta ahora esta marchando bien, hemos terminado el primer periodo de trabajo con niños de distintas latitudes de Santiago. No ha sido un camino exento de inconvenientes (siempre los hay), sin embargo hemos podido sortearlos hasta ahora favorablemente. La verdad es que estoy agotado, pero feliz. EL solo ver las caras de todos esos niños divirtiéndose, compensan en todo aquellos sacrificios que muchos han hecho. Verlos correr por la playa recorrer maravillados las calles de esta ciudad extraña para ellos y el que te abracen fuerte en el día de la despedida con lágrimas en los ojos por la pena de tener que partir, hace olvidar cualquier pena o mal rato que pudimos vivir en todo este proceso.
Por otra parte este viaje me ha servido para reencontrarme con grandes amistades, las cuales siempre han estado presentes de alguna u otra forma en todo este tiempo que me mantuve alejado. Siempre es reconfortante saber que a pesar de la distancia, las circunstancias y los hechos de la vida, existen personas que no te olvidan y que te reciben después de mese, como si no hubiese pasado nada. Para todos ellos mis más profundos agradecimientos; seguirán siendo parte importante en mi vida.

Este viaje me ha servido para oxigenar mis pulmones y mi mente; volver a ordenar esta vida que en algún momento perdió su rumbo. Estoy volviendo a saber que es lo que quiero y a desear hacer cosas que nunca hice y retomar lo que deje postergado, solo falta que lo comience a desear con más fuerzas como lo hice antes y a esforzarme el doble para lograr mis objetivos. Ya ha sido mucho tiempo de estar dormido.
Desde el lugar donde estoy, por la ventana se divisa todo el puerto de Valparaíso y sus cerros. De día observo maravillado el movimiento de Barcos y de gente que le dan vida a la ciudad; de noche emociona la hermosura de esos millones de luces enclavadas en los cerros que se reflejan en el mar. Ese mar que me devuelve la vida y esa sensación de inmensidad que un día perdí y que tanto añoré
Solo queda seguir trabajando para que los próximos niños que vienen ahora en el segundo periodo, disfruten tanto como los primeros; y tal vez, más de alguno de ellos se enamore de este puerto como yo lo hice y se sienta atado para siempre a este lugar.