lunes, julio 24, 2006

Manías

Me di cuenta que los últimos post y los últimos meses han sido solo de penas, sufrimientos y preocupaciones que a la larga no e hacen bien a nadie. Es hora de levantar la cabeza y darse cuenta que las cosas a veces no son tan malas como se ven y si son así, no vale la pena lamentarse sin tratar de remediar de alguna forma. Hay que volver a reír.

Mania (R.A.E): "Extravagancia, preocupación caprichosa por un tema o cosa determinada"

Me he dado cuenta que soy un hombre lleno de manías, lo que a mi parecer no es malo hasta cierto punto, mientras no afecte a nadie más yo creo que no hay problema. Además quien me va a negar que de una u otra forma también posee ciertas manías por mínimas que parezcan. Si nos detenemos un momento a observar a nuestro alrededor nos daremos cuenta que todos las tienen.
Mi manía más presente y que creo me acompañará toda la vida es el orden, soy un maniático del orden y el aseo, soy ordenado en demasía. Esto a veces me ha traído mas de un problema con personas con las que he vivido y es que realmente a veces se me pasan las revoluciones. No soporto que las cosas no estén donde deben estar, el desorden me pone de mal humor. A tanto llega está manía que cuando ordeno, hasta los libros deben estar ordenado por tema, por tamaño y hasta por colores!!!!. Por cosas del destino en Viña del Mar compartí departamento con dos de los seres más desordenados que este país haya dado; siempre fue una pelea constante por el orden del hogar, como nadie se animaba a limpiar, por mi sanidad mental, era yo quien limpiaba y ordenaba las cosas. Hubo un momento en que ya no acepte el abuso y comencé a cobrar por el aseo de los lugares comunes, así salíamos todos beneficiados. El día de hoy ellos ya no están tan desordenados y yo tengo mucha más tolerancia al desorden (saludos a mis grandes amigos los chanchos, se les extraña)

Otra de mis grandes manías y que puede ser derivada de la primera son las puertas. Por una razón casi inexplicable, siento que todas las puertas siempre deben estar cerradas, sobretodo cuan do me voy a dormir. Y no me refiero solo a as puertas de entrada que por lógica deben estar cerradas, sino que las de los closets, cajones etc; todo lo que tenga puerta debe estar cerrado. Antes de ir a acostarme cierro todos los cajones y las puertas de la casa, el solo hecho de saber que alguna puerta esta abierta, hace que me levante a revisar o de seguro no dormiré tranquilo (terrible no). Esta manía se hizo conocida para otro de mis amigos con los cuales compartí vivienda alguna vez, en cuanto supo esto el señor Loins se daba el tiempo de esperar a que me acostara para levantarse el y abrir todas las puertas del departamento (incluidos los cajones de los armarios que había en el pasillo, sabiendo que yo no soportaría tal hecho y en algún momento me levantaría a cerrarlos), el maldito sabia que me seria imposible dormir si no cerraba las puertas.

Otra cosa que me pasa es que a veces me quedo pegado con ciertos temas, es decir, por ejemplo esta semana que pasó anduve todos los días pensando y rallando con mi "película favorita de todos los tiempos" Cinema Paradiso. La he visto como mil veces y siempre lloro cuando la veo (no lo comenten con nadie) además tiene una banda sonora espectacular, en fin. La cosa es que transmití toda la semana con el tema hasta que mi compadre Cayo se apiadó de mi y me la arrendó para que la viera unas diez veces mas. Lo mismo me pasa con los discos canciones etc (hay veces que estoy hasta tres semanas con el mismo disco en mi discman). Soy compulsivo hasta que de repente se me pasa comienzo a rallar con otra cosa.
A veces cuando veo la película "Mejor Imposible" me siento un poco como el personaje de Jack Nicholson ya que tengo una buena cantidad de manías que conviven conmigo, espero que ninguna de estas moleste mucho a las personas con quienes convivo a diario.
Y ustedes tiene algún tipo de manía?

lunes, julio 17, 2006

Destinos


Porque será que a veces la vida se encarga de traernos de vuelta al presente algunos fantasmas que creemos olvidados... Porque el destino a veces se confabula para que todo calce y aparezcan ante tus ojos figuras, recuerdos y personas que creías olvidados o que por lo menos, ya no estaban tan presentes en tu vida.

Hoy te vi. Después de tanto tiempo. No se porque estas en esta ciudad que siempre dijimos odiar; te hacía en el puerto aún o en el sur al que deseabas volver algún día.
Al principio pensé que solo era una mujer parecida a ti y que mis ojos me engañaban como lo hicieron tantas veces en aquel tiempo cuando recién te deje de ver... Pero no, mis ojos no me jugaban una mala pasada esta vez; eras tú, sentada a pocos metros mirabas a la gente como esperando algo o a alguien; te observé durante largo rato confundido entre la gente que pulula por el centro, temeroso de que notaras que estaba ahí. Mi corazón comenzó a latir de manera nerviosa, hace tanto que no te veía, hace tanto tiempo que te imaginaba, y ahora estabas ahí al alcance de mi mano.
No estabas tan cambiada, sigues siendo tan hermosa como te recuerdo. Tenias puesto esos pantalones que tanto te gustaba usar y esos feos zapatos que siempre odie, pero que nunca critiqué ya que no era importante. Solo tu mirada era distinta, se notaba que los años y la vida te habían hecho más madura, te habías convertido en aquella mujer que siempre quise que fueras y que al madurar se dio cuenta que ya no quería estar con un pendejo como el que yo seguí siendo.

Estando ahí, tan cerca tuyo los recuerdos comenzaron a agolparse uno tras otro en mi mente. El día n que te conocí, el primer nervioso beso que te di, los paseos que alguna vez dimos por la playa, nuestras largas tardes de ocio en mi cama, las noches en que nos quedábamos observando el cielo desde el balcón de la casa, las peleas, los llantos, la tristeza de saber que tal vez teníamos distintos caminos que recorrer, caminos que siempre trataste de juntar, pero que yo de alguna forma u otra no deje que lo hicieras. Por último vino a mi mente la despedida, ese adiós que nunca te dije en realidad. Eras mía, y yo de cierta forma también fui tuyo, a pesar de las tonteras que hice para no serlo.
Por unos instantes el centro de Santiago no existió. Cesaron el ruido de las micros y de la gente al pasar. Solo estabas tu ahí, sola, sentada en una esquina de esta sucia ciudad. Eras tan linda y ahora pareciera que lo eres más, mi corazón sigue latiendo aceleradamente, siempre con el miedo de que me descubras espiándote desde lejos.

Porque después de tanto tiempo sin verte mi estomago vuelve a encogerse y mi cabeza comienza nuevamente a nublarse ?. Maldito el destino que hizo que te encontrara hoy; cuando ya no quería verte, cuando ya había enterrado poco a poco esta historia que ahora vuelve a salir a la superficie, cuando mi cabeza ya había dejado de idealizarte y tu recuerdo se desvanecía ya de mis pensamientos.

Tal vez hubiera sido fácil acercarme en ese momento y saludarte, volver a sentir el contacto de esa piel que me encantaba y que acaricié tantas veces. Sentir tu aroma, que despertaba todos mis sentidos y que impregnaba toda la habitación cuando llegabas. Te hubiera contado que todas las cosas no me han salido como lo había planeado; que ya no te recuerdo todos los días como antes, pero que aun ese perfume que usabas me sigue encantando y que cada vez que lo siento, me pregunto donde estarás. También te hubiera dicho que aun guardo todas las cartas que alguna vez me escribiste, sobretodo la última y la más triste de todas en donde te despides para siempre antes de salir de mi vida. Y antes de despedirme te hubiera dicho que la frase que muchas veces me dijiste y que hoy suena como una predicción, se ha cumplido a cabalidad: Nadie hasta ahora me ha amado como tu lo hiciste y que hasta el día de hoy no he encontrado a una mujer a la que haya amado como te ame y que deje ir por tantas cosas que ya no valen la pena recordar (Historia conocida )
Hubiera sido tan fácil dejar de esconderme y saludar, pero no lo hice. Tome mi estomago con las manos, trate de despejar la mente y seguí mi camino por la calle. No fui capaz de abrir aun más la puerta del pasado y los recuerdos. Siempre fui un cobarde y como vez lo sigo siendo.
Sigo maldiciendo al destino que me trajo a ti el día de hoy. Tal vez sea el mismo quien me traiga el día de mañana el amor que se fue contigo y por fin te conviertas solo en un recuerdo feliz.


martes, julio 11, 2006

De que estamos hablando...


Y se nos fue el mundial... Para ser sincero, bastante malo fue esta vez. Debe ser el mundial más malo que he visto desde que tengo uso de razón. Pero hablar del mundial y hacer otro análisis mas, de los que abundan en todos lados, no seria nada nuevo; y como me carga no ser novedoso, hablaré de otra cosa.

De lo que quiero hablar, es acerca de un tema que me llama la atención por distintas cosas que me han pasado últimamente y que me he preocupado de investigar y de analizar aunque sea someramente. Se trata de "el lenguaje", si señoras señores, no es que me haya vuelto loco o que este postulando a la Real Academia de la lengua Española, pero esta vez quisiera hablar de lo mal que hablamos los Chilenos (incluyéndome por supuesto)

Ayer estaba hablando con una clienta, a la cual casi siempre le ayudo con problemas jurídicos que nadie más quiere ver por engorrosos, pero que me permiten estar activo y ayudan a la economía tan paupérrima que poseo. La cosa que en medio de toda la conversación, la cual siempre trato de que sea en un lenguaje correcto aunque poco técnico para que una persona que no conoce de derecho comprenda lo que le explicaba y de repente se me sale un "cachay". Dios mío, debe ser una de las palabras que más odio y sale de mis labios con toda naturalidad.
De muestra, otro botón. En otra ocasión estaba con un grupo de amigos, arreglando e mundo como siempre, cuando nos presentan a un colombiano que estaba de visita en el país. Al momento de querer integrarlo a la conversación que llevábamos en ese momento, el pobre se excusó de participar del tema, no porque no supiera del, sino porque de todo el rato que estuvo escuchándonos, no había podido entender casi nada ya que usábamos demasiados chilenísmos que para un recién llegado era imposible entender.

Es que nuestro lenguaje está tan lleno de los típicos: Cachay, bolsero, achacado, gil , amermelado, el hachazo, carretear, aperrar, arranado, barsa, el cabro, la chela, bakan, sapear etc. Les aseguro que la lista es interminable.
Quiero dejar en claro que mi intención no es renegar contra todas estas palabras que de seguro todos usamos, creo que es importante también que los países tengan sus propias palabras y lenguajes porque esto les da cierta identidad. Mi preocupación va por otro lado. Poco a poco estamos dejando de lado el castellano y lo reemplazamos con nuevos chilenísmos y con frases que día a día se ponen de moda.

Si de hablar mal se trata creo que soy el primero en reconocer que estoy hablando muy mal. Ayer me dediqué por un rato a observar como hablábamos yo y mis amigos (esos ejercicios mentales tontos que a veces me vienen) y me horroricé al darme cuenta que no podía expresar casi ninguna frase más o menos larga, sin poder evitar que una de estas palabras a las que me refiero saliera de mi boca. Lamentablemente a mis amigos también les pasaba lo mismo; involuntariamente, aunque nos mentalicemos en el tema, estos chilenismos nos persiguen y se adueñan de nuestro lenguaje.
Comentario aparte merece por supuesto la palabra Hueón y todos sus derivados , porque ya ni siquiera es Huevón, sino que ya hemos llegado al Hueón a secas (hueona, huevada, la hueá, ahueonado, huevear, etc) He llegado a la conclusión que esta palabra y sus derivados es la más completa de todo nuestro lenguaje. Con esta palabra podemos significar una infinidad de cosas. Por ejemplo la frase: "Mira, el hueón hueón, hueón". Con esta frase se quiere decir que una persona es tonta, pero para eso utilizamos el primer hueón para referirnos a la persona, el segundo hueón de la frase es para calificar a esta persona, y el último hueón es para cerrar la frase refiriéndonos a la persona a la cual le decimos esta frase.

Por otra parte tenemos que esta palabra y sus derivados nos simplifica de alguna forma el lenguaje, ya que cuando no nos acordamos del nombre de algo, cual es la palabra que usamos? "La hueá". Si señores o acaso ustedes no han dicho: "pásame esa hueá que esta en la mesa", "¿que hueá le pasó?" etc.
El fin de semana en un programa de televisión mostraron una exposición en cuanto al uso de la palabra hueón, y en donde el reportero utilizaba indiscriminadamente la citada palabra. Lo pero de todo fue que entendía perfectamente todo lo que quería decir el periodista.

La verdad es que el tema me preocupa un poco, sobretodo en el ámbito que me muevo y en las cosas que hago, necesito tener un buen lenguaje. No importa tanto de que forma me comunique a diario con mis amistades ya que se que me entenderán y no me juzgarán mayormente por como hablo. Sino que es en ciertos lugares en donde hay que guardar un lenguaje adecuado, y ya me di cuenta que se me está haciendo muy difícil conservar las buenas formas.

Bueno, me despido porque tanto escribir en la hueá, quede pal gato asi que voy a la cocina a hacerme unos aliados pa matar el hambre. Espero que todos los hueones que lean esta hueá hayan cachado lo que quería decir con este post y que no piensen que estoy dando la hora con la cuestión y que soy agilao o amermelado por escribirlo. Total si no les gusta, filo nomás.

jueves, julio 06, 2006

Tarde de cine

Navegando por el ciberespacio y entreteniendo la mente leyendo blogs de todo el mundo, me tope con varios que hacían alusiones a películas, con sus actores y tramas. Todas ellas servían de base para comentar que su vida era muy parecida a tal o cual filme. Debo confesar que soy un cinéfilo consumado, suelo ver una cantidad impresionante de películas al mes, ya sea en el cine, arrendando o simplemente en el cable. Con mi querido amigo Igor, con quien vivía en Viña del Mar, solíamos ver y comentar cuanta película se nos cruzaba por delante; con este individuo logramos tener una cantidad en nuestro cerebro tan enorme de filmes, personajes, actores, bandas sonoras, etc. (uno mas de mis conocimientos inútiles) que muchas de las frases de nuestras películas favoritas eran usadas a diario en cualquier cosa que hiciéramos.
La cosa es que las películas tienen tal impacto a veces en ciertas personas, que muchas de las frases o situaciones que ven en las películas. Muchas veces m he visto reflejado en historias fílmicas, y tal vez es por eso que me cargan los finales felices de algunas películas ya que la vida no siempre termina o sigue bien. Depende mucho de tu estado de ánimo o del momento en que estés pasando, como las películas pueden llegar a impactarte o recordarte cosas de tu vida. Lo importante es saber que las películas son películas, y muchas de esas cosas nunca nos pasarán; pero eso no quiere decir que no soñemos muchas veces con ser tal o cual personaje de nuestros filmes favoritos. Aquí les dejo con algunas frases que me parecen geniales y de filmes que he visto muchas veces y que vale la pena recordar, apuesto que mas de alguna le hará sentido a alguno de ustedes:

"La vida no es mas que un interminable ensayo de una obra que jamás se estrenará".
Hipólito (Artus de Penguern.) Amelie
"Si quieres hacer reir a Dios, cuéntale tus planes".
Susana (Vanessa Bauche) Amores Perros
"Mentir es la mejor cosa que puede hacer una chica sin quitarse la ropa. Pero es mas divertido si lo hace".
Alice (Natalie Portman) Closer
"Juzgar a alguien por asesinato en esta guerra sería como poner multas de velocidad en la carrera de Indianapolis"
Capitán Benjamin Willard (Martin Sheen) Apocalipsis Now
"Cuando la fortuna te sonríe al llevar a cabo a algo tan violento y feo como la venganza, es una prueba irrefutable no sólo de que Dios existe, sino de que estás cumpliendo su voluntad".
Black Mamba (Uma Thurman) Kill Bill Vol. 1
"Si hay algo seguro en esta vida, si la historia nos ha enseñado algo, es que se puede matar a cualquiera".
Michael Corleone (Al Pacino) El padrino II
"Tienes que considerar la posibilidad de que a Dios no le caes bien".
Tyler Durden (Brad Pitt ) El club de la pelea
"Los depresivos no quieren ser felices, quieren ser infelices para confirmar su depresión. Si son felices no están deprimidos y tienen que salir al mundo a vivir, lo cual puede ser deprimente".
Larry. (Clive Owen) Closer
"No los odias?, esos silencios incómodos. ¿Por qué necesitamos decir algo para rellenarlos?. Es por eso que sabes que has encontrado a alguien especial. Puedes estar callado durante un puto minuto y disfrutar del silencio".
Mia Wallace (Uma Thurman) Pulp Fiction
"El infierno es vivir día a día sin saber la razón de tu existencia".
Marv (Mickey Rourke) Sin City
"Santino, ¿qué te sucede, eh?. Nunca digas lo que realmente piensas delante de gente que no conoces".
Don Vito Corleone (Marlon Brando) El Padrino
"Tuco, amigo; en la vida hay dos clases de hombres, los que apuntan y los que cavan... y tu cavas".
Clint Eastwood (El bueno el malo y el feo)
"El mejor truco que el diablo inventó fue convencer al mundo de que no existía".
Roger 'Verbal' Kint (Kevin Spacey). Los sospechosos de siempre

Unas especiales para ellas:

"He venido aquí esta noche porque me he dado cuenta de que quiero pasar el resto de mi vida con alguien. Y quiero que el resto de mi vida empiece ya".
Harry (Billy Crystal) Cuando Harry conoció a Sally
"Tu haces que quiera ser mejor persona".
Melvin Udall (Jack Nicholson) Mejor imposible
"Tan sólo soy una chica delante de un chico pidiéndole que la quiera".
Julia Roberts (Nothing Hill)
"Te amo demasiado para condenarte".
Gary Oldman (Drácula)
"Siempre nos quedará París".
Rick Blaine (Humphrey Bogard) Casablanca
Y ustedes ,¿tinen sus frases predilectas?

miércoles, julio 05, 2006

Cosas que pasan

Cuando me senté en el computador para escribir este post, juro que tenia en mente escribir sobre otro tema más agradable, pero mi subconsciente me traiciona a veces y solo pude escribir sobre esto que me está pasando ahora.

Quisiera escribir sobre un par de cosas que me tienen descompuesto, no solo por llenar un par de líneas para un post cualquiera, sino que para cumplir con el objetivo inicial de escribir en un blog, botar toda esa mezcla de sentimientos que poco a poco se me ha ido juntando en el estómago, que se me retuerce cada vez más y que a veces sube a la garganta, formando un nudo que me asfixia un poco, pero que me deja respirar.

Sucede que por cosas del destino, he vuelto por un tiempo a casa de mis padres. Creo que esto es una de las cosas que mas me molesta ya que luego de vivir varios años solo, se siente como un gran retroceso volver a la casa de donde saliste hace tanto. Sin embargo, es tan solo eso lo que incomoda, sino que el hecho de volver a vivir con personas que parecieras no conocer.
La verdad es que mis hermanos mayores y yo nunca tuvimos un real sentido de pertenencia al hogar, entendiéndose por este el lugar donde reside la familia, siempre estuvo claro para nosotros el hecho de que vivíamos en casa de nuestros viejos y que era cuestión de tiempo para que saliéramos de allí (además ellos siempre se encargaron de recordarnos esto de alguna u otra forma). Tal vez todo esto fue una de mis grandes alicientes para salir de la casa cuando ya tuve edad para hacerlo y a la primera oportunidad que se me dio. Por su parte mis hermanos también hicieron lo mismo mucho antes que yo.

Mi familia fue siempre así, independientes unos de otros, nos acostumbramos a no entregarnos afecto, sabíamos precisamente que significaba lo que había detrás ciertos gestos o actitudes de cada uno de nosotros. Mis padres siempre fueron críticos de todo cuanto hacíamos, y en mi caso tal vez era mas acentuado ya que siempre se hicieron grandes expectativas de lo que podía lograr en la vida; lo comprendo en el sentido de que un padre siempre va a querer lo mejor para sus hijos, y por lo tanto siempre estuvieron encima de toda decisión que tomáramos. Lamentablemente para ellos no muchas veces hicimos lo que ellos querían y de la forma que querían que las hiciéramos y quizás es lo que ahora más les duele a ver que nos hemos caído muchas veces y que las cosas no han salido como lo planearon alguna vez.
Sin embargo debo decir que esta vuelta ha sido más dolorosa en otro sentido, no solo por comerse el orgullo y volver donde los padres, sino que al volver te das cuenta de que las personas que creías conocer y que son tu familia, parecen extraños y que ya no encajan ni encajas en la vida de ellos.
Que hacer cuando tu viejo siempre te recuerda de alguna u otra forma, todo lo que se ha esforzado por ti, y que si tienes techo el día de hoy es gracias a él, y cada cosa que hace sabe a caridad hacia ti. Y esa sensación de deuda crece y crece sin saber como saldarla.

Que hacer cuando parte de tu familia te llama para contarte que tu hermana menor, sin mediar razón alguna, se cree con el derecho de hablar de ti y tus hermanos diciendo que todos somos unos aprovechados de nuestros padres y lo único que queremos es vivir a costa suya.

Que hacer cuando tu vieja te mira a los ojos y te dice con una total convicción que tanto ella como el viejo creen que nosotros solo esperamos el momento que ellos mueran para disfrutar el dinero que con tanto esfuerzo se han ganado.

Que hacer cuando los oyes decir que están cansados de esta vida que llevan solo quieren irse lejos para olvidar todas las cosas que han escuchado y que se pueden hablar sobre nosotros.

La verdad es que no me explico el porque de muchas cosas, no creo que hayamos sido malos hijos o malas personas. No creo que nuestros padres nos odien. Se que nos aman, a su manera, pero lo hacen. No quiero que al leer esto crean que mi familia es de lo peor, agradezco muchas cosas que me entrego y que de seguro me servirán en la vida. No creo ser víctima ni victimario. Solo se que ya no pertenezco a este lugar; quizás nunca pertenecí a él. Sigo buscando un lugar en el mundo donde por fin pueda sentirme en casa.
No puedo seguir escribiendo más por el día de hoy, estoy cansado, muy cansado....