Cambio de mando

Fin de semana de cambios para mi país, se nos va el tío Richie y entra la tía Gordis. Millones de mujeres cifran sus esperanzas en la nueva presidenta; debo decir que yo también me sumo a esas esperanzas, pero no por el hecho de que sea mujer, sino que representa a todo un proyecto en el cual aun creo (hueon de mi nomás).
Para los que no saben les cuento que gracias a Dios (sea cual sea) y a la suerte, vivo en Viña del mar frente al mar y frente al Cerro castillo, cede de el palacio que recibe a los presidentes y donde ayer se concentraba la atención de Chile entero.
No puedo decir que mi despertar el día Sábado fue de los mas pacifico, el día anterior me pegue un carrete de esos cuáticos, como los de antaño, y se me pasaron un poquito los rones por lo que comprenderán que en la mañana no fue un despertar tranquilo; eso sumado a mi amigo Igor gritando en la mañana : Le dispararon a Lagos... Le dispararon a Lagos !!!!! y yo el muy gil me imagine que había quedado la cagada mientras yo dormía mi borrachera (muerto el presidente, crisis mundial, bombas atómicas etc.). Como todos saben era una vil mentira, pero me sirvió para despejarme lo suficiente como para empezar el día.
Como les dije vivo junto a Cerro Castillo, por lo que cuando abrí las cortinas de la pieza me encontré con un panorama aterrador: la calle llena de carabineros, banderitas chilenas, viejas con cintillos de Bachelet, vendedores con bandas presidenciales, etc. (todo lo que se puedan imaginar que aparece en un país como este). Primero fue susto de ver este panorama, luego fue mucha risa, porque como con mi compare Igor nos potenciamos si a hueviar se refiere, aprovechamos que la gordi venia saliendo del congreso y nosotros teníamos que comprar una bebidita para almuerzo, para bajar a ver el paso de la nueva presidenta.
Al llegar abajo nos colocamos en un lugar estratégico que nos permitía dominar toda la escena. La gente estaba eufórica, los niños chiquititos con cintillos con el nombre de la presidenta (de seguro en ese momento los niños preferirían estar viendo el Nickelodeon en vez de estar con la mamá o la abuelita esperando el paso de una señora que ni conocen), las viejas comentando el vestido de la Presidenta (que no me gusto el color, que se veía gorda, que nada que ver la chaqueta), y micros santiaguinas llenas de gente que “espontáneamente” viajaron desde la capital para ver el paso de la comitiva y la llegada al palacio.
Esta escena me recordó mis años mozos cuando vino el Papa a Chile, toda la gente en las calles esperando ver el papamóvil (con sus respectivas banderas y cantando himnos religiosos), la cosa es que el momento fue tan chistoso porque tanto en esa ocasión como en esta, el auto tan esperado paso rajado, permitiendo solo a los mas atentos hechar un vistazo al personaje en cuestión y sin que los niños antes mencionados se dieran cuenta de que ya había pasado la señora en cuestión (les llamo mucho mas la atención las motos de la escolta presidencial). Todas estas circunstancias no hicieron mas que permitirme reírme de lo lindo junto a mi compadre de toda esa gente, gritar la cuestión que se me ocurriera (ya que entre la muchedumbre era imposible que se entendiera algo) y además agarrar pal palanqueo a uno que otro vendedor de banderitas y chucherías varias.
Fue una buena mañana, comienza un nuevo desafío para el gobierno, para algunos comienza la era de la mujer en Chile y para mi fue como ir al circo, pero al aire libre y sin pagar entrada.